Oniria es un proyecto participativo, para generar lo que se podría ser “un sueño colectivo”. Una cadena de sueños compartidos.
Invité a personas amigas y conocidas, algunas de ellas artistas, a compartir alguno de sus sueños recientes o que recordaran durante el tiempo del confinamiento por el covid. Investigando sobre los sueños me he encontrado con trabajos inspiradores como “El Tercer Reich de los sueños” de Charlotte Beradt u otros proyectos sobre los sueños en situación de trauma, como la guerra de Bosnia.
¿Y qué es un sueño sin poderlo compartir, sin poderlo contar? En cierta medida el sueño tiene un carácter social y es un modo de socializar. ¿No soñamos para los demás?
Me gusta considerar el sueño como materia prima, material textual, como actos involuntarios de creación. Los sueños tienen su propia entidad narrativa, del mismo modo que la tiene un poema, un relato u otra expresión literaria. Son significantes que quedan como piezas sueltas de un puzzle que no podrá ser completado.
Los soñadores podían enviar sus sueños como texto escrito o audio y tener la extensión que se deseara. Los sueños fueron publicados de modo anónimo y solo “firmados” con las iniciales de cada soñador. En la recopilación que publico he incluido dos sueños propios.
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29 FEBRERO -1 MARZO 2020
S.B. (otra vez pájaros)
Estoy con A. Es muy dulce y amable. Cocina para mí… estoy en el viejo colegio de los Jesuitas. Está en ruinas. Una mujer me entrega para custodiarlos algunos bastones dorados. Son preciosos… estoy cocinando despojos de cuervos sobre una plancha, en el borde sus cráneos limpios.
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26 MARZO 2020
T.F. «¿Jugamos al escondite?»
Se trata de esconderse y que te encuentren. En el sueño no está claro si es un juego o no. Tiene la apariencia de juego, pero no es tanto un juego porque incluso hay empresas que ofertan y tienen servicios para esconder a las personas.
Nos han dado (¿quiénes?) ventaja o un lapso de tiempo para escondernos, como en el juego infantil. Sé que hay una habitación grandísima en otra planta de mi casa, que no se utiliza y que nadie conoce. Aprovechando ese tiempo de ventaja, decido mentalmente ir a esconderme en este lugar. Llego a la habitación a oscuras, a tientas, no quiero encender la luz por no dar pistas de dónde estoy. Pero ¿dónde me escondo? Un momento antes había pensado que habría muchos sitios donde hacerlo, pero ahora en la habitación estoy dudando, no veo muchas alternativas. Me meto en un armario, donde compruebo que quepo apartando algunas ropas, que amontono para acomodarme. Una vez dentro del armario reorganizo el espacio para ocultarme. Me aseguro que no falte al oxígeno, tampoco me quiero ahogar. Mi cuerpo se resitúa y me cercioro que pueda aguantar mucho tiempo. Me despierto sobre las 3:00 horas.
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29 MARZO 2020
T.F. «La casa de mis padres»
En la empresa estamos alojándonos en casa de mis padres, no en la casa actual donde viven ahora, sino en la que vivíamos cuando mis hermanos y yo éramos adolescentes. Estoy con mi compañera L. con la que me disculpo porque los armarios de la cocina están muy desordenados: – ¡Con lo que era mi madre antes! También el balcón de la cocina está tan atestado, que si quieres colgar una ropa, tienes que apartar mil cosas que están delante del tendedero.
Una especie de vehículo ocupa gran parte de la casa, es una máquina negra, enorme, con un gran tentáculo y un espejo ¿retrovisor? en el extremo. Alguien está dando marcha atrás al vehículo (o se mueve solo) y el “tentáculo” se engancha en un cable de electricidad, que cuelga del techo y recorre parte de la pared. Gritamos para advertir que el vehículo debe parar. Me veo en el sueño, con mi hermano al lado, mirando la escena ambos impasibles, como quien ve lo inevitable. El vehículo arrastra una lámpara del techo, se lleva por delante también el plafón del techo, que cae sobre una mesa. En el sueño no oigo ruidos, sólo veo que junto con el aparato y la instalación de aire acondicionado, a continuación también cae parte del techo. Me despierto en ese momento.
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1-2 ABRIL 2020
S.B. (conversación con el Aita)
Estoy con el Aita, es tan joven como yo. Estamos sosegados y escucha tranquilamente mis palabras. Le explico que de niño, cuando yo era pequeño, sentía miedo de todo (entiendo que trato de hacerle comprender que el miedo me lo provocaba él). Ahora en cambio estoy completo, solo, no siento miedo de nada en absoluto.
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2-3 ABRIL 2020
S.B. (A.)
Sueño con mi hijo. Le estoy esperando a la salida de su guardería, bajo el porche de un gran edificio. hablo con él y le beso. Es muy guapo y me abraza. Me dice que quiere ir a la playa pero que su madre ni tiene dinero. Veo entonces a A. entre las columnas y huyo para que no pueda verme. Entro en un gran edificio en que están juzgando a alguien y huyo por un portal dorado, feliz de tenerles cerca.
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13-14 ABRIL 2020
S.B.
Las estrellas del firmamento se realinean formando círculos en el cielo. Círculos que giran lentamente.
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27-28 ABRIL 2020
S.B. (A.)
Sueño con A. Estamos haciendo un belén con figuras absurdas de juguete, bajo el agua, en un arroyo de una ciudad confinada
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4-5 MAYO 2020
S.B. (A.)
Sueño con A. y nuestro hijo. Aún no se cómo se llama. Es tan guapo y cariñoso! Le beso y jugamos en una felicidad plena.
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9 MAYO 2020
M.M. «Íñigo»
He soñado que tenías 7 hermanos. Yo no lo sabía y me sorprendía al enterarme. Que
nunca hubiera surgido ese dato, aunque fuera de pasada en una conversación, o que
no nos hubiéramos tropezado con alguno de ellos caminando por la calle un día
cualquiera, o en algún concierto, me resultaba casi inverosímil. No te lo comentaba,
pero imaginaba que un número tan elevado de hermanos debe dar juego (sobre todo
si se parecían a ti) sin embargo, tú nunca me habías hablado de ellos.
Siempre te referías a ellos como 7, pero no eran 7, eran muchos más. Diría que 14 o
15. El día en que me hablabas de ellos por primera vez también me los presentabas a
través de una multitudinaria videoconferencia, y me sentía entre aturdida e incrédula
porque todos eran tú, pero con diferentes peinados. No es que se parecieran a ti, sino
que eran tú.
Y yo no entendía nada.
Me desperté con la misma sensación que tengo siempre que estoy contigo. Nunca
entiendo nada.
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18-19 MAYO 2020
S.B. (otra vez lugares angostos)
Con E. A. en una pastelería. Los pasillos que recorremos son terriblemente estrechos. Hacia el obrador, donde es tan angosto que no se puede caber de ninguna manera. Sin embargo todo esto en el sueño resulta divertido.
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31 MAYO – 1 JUNIO 2020
S.B. (A.)
De nuevo estamos ella y yo con nuestro hijo. Felices. Me despierto y miro su instragram: ella ha puesto un teléfono rojo.
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9 JUNIO 2020
T.v.d.B.
Estoy bajando por un camino, algo como un trineo en la nieve, la cabeza primero, o en este caso, la mano (dedo) primero, muy aerodinámico. A pesar de que llevo un súeter (excusa de antemano).
Voy a participar en una competición – no creo que sea muy competitivo, o mejor, no quiero comportarme en una manera competitiva, pero parece ser muy importante que llegue el primero. Pero a pesar de que salgo primero, no puedo. El que viene detrás, bajando más rápido, se acerca y ya me toca con el dedo que lo tiene extendido hacia delante. Así que yo pierdo.
Quiero intentarlo de nuevo, aunque sólo faltan 32 kilómetros o algo así. Ya en el camino me doy cuenta que mejor me habría quitado el jersey.
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9 JUNIO 2020
M.M. “Amaya”
Después de un día muy agitado y bastante complicado llegaba al apartamento donde
tenía lugar la inauguración. Nadie hacía ninguna referencia concreta a la ciudad, pero
estábamos en NY, en el Upper East Side. No me sorprendía ni las grandes
dimensiones del espacio, ni encontrarme allí con mis amistades… Parecía que viviera
allí hace mucho tiempo. Puede que incluso fuera estadounidense viendo la soltura con
la que me desenvolvía entre metros, taxis y calles repletas de tráfico y personas
ajetreadas.
Al llegar, la puerta del apartamento estaba abierta y el gentío se repartía ya por el
rellano y la escalera. Sin duda estaba siendo un éxito de afluencia, pero esto tampoco
nos sorprendía a nadie. Sin embargo, y según avanzaba por el espacio iba
entendiendo que lo que allí estaba viendo expuesto era algo de una magnitud e
importancia verdaderamente extraordinarias. Parecían fotogramas ampliados de
películas de los años 70. Presentaban una serie de intervenciones que los
modificaban, no tanto a nivel formal, como en su contenido. En una de esas imágenes
reconocía a Celia, mi otra hermana, vestida como Jackie Kennedy, con un pequeño
sombrero blanco sobre su pelo rubio pelo perfectamente recogido. Había un texto en
la parte de debajo de la imagen. Una frase. Ya no recuerdo qué decía, pero causaba
en mi una gran conmoción.
Estaba sobrecogida por la contundencia de lo que estaba viendo allí. Aparecía
entonces en la inauguración, rodeada de mi familia, una mujer vestida con hábitos de
monja benedictina. De pronto reconocía en ella a mi hermana Amaya. En ese
momento todo se aceleraba, principalmente mi pensamiento, y comprendía que yo
nunca había la artista. La artista era Amaya.
Hasta ese instante yo no sabía de quién era la exposición. No lo pregunté a nadie ni
tampoco nadie me lo había comentado. La creadora de aquel soberbio trabajo era
Amaya, mi hermana, que ahora era, además, religiosa. En los últimos años nos
habíamos distanciado hasta el punto de perder el contacto. Ella había dejado la ciudad
por motivos personales, creo, y no habíamos vuelto a hablar desde entonces. Parecía
haber pasado bastante tiempo, al menos el suficiente como para que se operaran en
su vida tales cambios.
No conseguí acercarme a ella ni si quiera para felicitarle por el excelente trabajo. Por
supuesto tampoco para darle un beso.
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14 JUNIO 2020
A.O.
Me encontraba en el coche maniobrando marcha atrás, en el parque de la Taconera de Pamplona. Caía una tromba de agua y la visibilidad era escasa.
Es estas, me topo con un gran árbol –una especie de ciprés muy delgado, de unos 30
metros de altura- y lo tumbo. Arrancándolo de raíz. Justo en ese instante, aparece la
consejera de medio ambiente, bióloga doctorada en repoblación de árboles y a su vez,
presidenta de la Asociación de cipreses en extinción (casi nada…) y me da a conocer el
atroz “asesinato” que acabo de cometer. Un crimen medioambiental que de inmediato,
va a llevar a los tribunales. Su disgusto es mayúsculo y no para de llorar mientras me
comunica el protocolo que se va a llevar a cabo tras mi trágica acción. Yo entro en
pánico y a partir de entonces, no dejo de llorar al igual que ella. El asunto pinta muy
grave.
Una vez configurado el jurado de expertos (un total de 8 miembros) que me va a
condenar, me encuentro sentada ante él. En una especie de salón de juicios improvisado
en una cabaña perdida en un bosque.
Mientras me leen folios y folios de mi delito que apenas llego a interpretar, observo que
debajo de mí, entre las maderas del suelo, vislumbro el “cadáver” del ciprés.
A remojo, en un gran tanque de líquido. Como si fuera un esqueje a la espera de sacar
más raíces para ser plantado de nuevo.
Acto seguido me dictan las sentencia final y me informan de que deberé pagar una
multa de 20.000€ por tamaña falta grave. El coste de la apreciada especie. Y que con la
transparencia con la que llevan toda su actividad, informarán del accidente a los Medios
de Comunicación, con mi nombre y apellidos. El desafortunado exárbol, va a quedar
reducido a virutas y debo pagar mi agravio.
Pero empiezo a sospechar que algo raro está ocurriendo y les desvelo lo que acabo de
descubrir y les hablo de la posibilidad incluso de recuperarlo puesto que yo he podido
ver al árbol con sus raíces flotando. Ellos lo niegan rotundamente, poniéndose
notablemente nerviosos y el ambiente empieza a enrarecerse de inmediato. Por otro
lado, yo estoy muy impactada por mi elevada multa de una suma de dinero que no tengo
y veo que me tengo que pelear hasta demostrar que me están ocultando algo. Sólo se
que ese árbol no tiene pinta de estar camino de una serrería para ser viruteado y yo me
quiero negar a pagar la multa. En ese punto es cuando sueño que suena el despertador.
Debo despertarme porque me espera un día intenso de recados que voy enumerando
mientras ellos deliberan qué van a hacer conmigo después de este revés: compras a mis
padres, comida para mis gatos, fotocopias, comprar mas mascarillas, ITV del coche,
certificar carta en correos para mi amiga Camay…y ya es hora de levantarme.
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17 JUNIO 2020
A.R. «Soplo»
Sueño1
Sueño que estoy tumbada en un parque, de medio lado. Mi brazo derecho hace un triángulo y estoy a gusto. Hay mucha gente pero no es agobiante. Un chico se acerca y toma la misma posición que yo. Me da un beso de esos que en la realidad no se recuerda la sensación pero en el sueño es tal cual. Es el hijo de un famoso que trabaja en televisión. De repente me interpela y me dice que nos ha visto Danel (mi sobrino) y me despierto al no entender cómo sabe él quién es mi sobrino.
Sueño 2
Una persona, un hombre, bueno, chaval mayor, me para en la calle y me dice que me tiene que contar algo. Me dice que su familia ya no le habla porque él ha decidido contarme algo y ellos no están de acuerdo. Es una persona con la que nunca he hablado despierta, ni nuestras miradas se han juntado, ni siquiera es capaz de saludar cuando su mujer lo hace, así que solo tengo la relación dormida. Me habla del perfume y me enseña un lugar. ¿Perfume?, ¿por qué perfume? Hombre, bueno, el perfume para mí es muy importante, eso lo saben los de alrededor. El perfume es muy importante en mí y en los demás para mí, pero en el sueño no hay ningún olor. Pienso y asimilo, perfume= importante.
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25 JUNIO 2020
I.M.
Sueño 1
Iba a México DF con un grupo de amigas de Pamplona, pero no todas, también había una chica que es amiga de una amiga mía y de la que hace siglos que no se nada (ni idea de porque se presentó en mi sueño). La casa de mi amigo tenía un pasillo muy largo y una terraza y nos había preparado fruta para desayunar, allí me enteraba de que estaban esperando un segundo bebé.
Sueño 2
Me quedo dormida después de comer y cuando me despierto me doy cuenta de que es muy tarde, de que no he teletrabajado, y me agobio… cómo voy a hacer, ¿tendré que pedir la tarde de vacaciones? ¿si se dan cuenta de que no he encendido el ordenador? ¿y si no he contestado a los email? No me acuerdo más del sueño, sé que estaba también Nestor, la sensación de agobio me duró bastante rato, como soñar que se llega tarde a un examen.
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26 JUNIO 2020
I.A.
Sueño 1
Tras una riada, los cadáveres de un cementerio son desenterrados por la fuerza del agua, y estos flotan por todas partes.
Sueño 2
Una cantautora quiere tener un idilio conmigo y no sé cómo decirle que no sin que se sienta mal, es incomodísimo.
Sueño 3
El psicópata narcisista al que amé toma el sol en una playa, tendido sobre la arena. Se levanta, recoloca su toalla y vuelve a tumbarse.
Sueño 4
Hay una mujer maniatada, tumbada boca abajo sobre una cama. Un hombre detrás de ella va a violarla.
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23 JUNIO 2020
A.R. «Soplo»
Ayer soñé otra vez. Estábamos en un huerto. El papá y el tío Pablo sujetaban un bebé o
una bebé de cinco meses apenas. Joaquín no sé cómo vestía. Pablo iba de boda con
traje. La niña o el niño llevaban pantalonicos de canalé o angorina. Corrían. Se meaba.
Los dos miraban al bebé y el tío Pablo lo sujetaba mientras el bebé se meaba como un
grifo. Es raro, los dos sabían cambiar pañales. Pablo ya no está.
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30 JUNIO 2020
M.J.R.
Había una mujer en S. que solía entrar a una casa antigua abandonada y un dia me invita a entrar, la llave es un pequeño palito metálico. Dentro me dice que coja lo que quiera. Había muchas cosas de adorno como de los años sesenta y cojo un catálogo de arte. En el pasillo hay un desagüe de cemento y cemento fresco hecho. Me doy cuenta de que no está bien y lo que me llevo de la casa es el cemento que había echado. Parece que en la casa vivió un niño, hay alguna foto. De pronto aparece de mayor y no le importa que estemos en su casa. Le gusta la música y ponemos Long play. Quiero regalarle alguno y pongo uno de Bruce Springsteen que tiene unas imágenes que se van moviendo como la escena de Buster Keaton agarrado al reloj. Después me da las gracias porque dice que la casa se hizo así gracias a mí que le había regalado un árbol y no lo querían mover.
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6 JULIO 2020
A.M.
Comenzó con el colapso de la Unión Europea, que se dividió entre norte, sur, este y centro de Europa (sin oeste, y en el centro se convirtieron en meta-fascistas y desarrollaron poderosas armas mentales para fastidiar a todos).
Más tarde, las personas reales-físicas perdieron color y comenzaron a convertirse en archivos digitales sólo con identidad pero sin personalidad ni forma física perceptible para los demás, debido al aislamiento … algo muy abstracto (culpa de los centraleuropeos, seguramente) Y de repente cambio de escenario, todo se volvió loco, había pasado mucho tiempo y en una realidad semi-paralela posterior al coronavirus (supongo) este había afectado a las personas de una manera muy diferente. Yo tenía la misma edad pero era coja. Me encontré con 3-4 personas que conozco que desempeñaban diferentes roles, viniste de otra dimensión, siendo 10 años mayor, y me ayudaste a caminar en una especie de bosque amazónico. Pero luego trataste de controlar mi mente (sin éxito) ¡así que descubrí que fuiste enviado por los putos europeos centrales!
Recuerdo otro sueño de una noche que dormí mal en la que facebook me enviaba notificaciones de «fulanito ha sido infectado por covid-19», «menganita ha sido infectada por covid-19» como muy propio de Black Mirror.
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15 JULIO 2020
U.G.
Sueño 1:
Vuelvo de la peluquería y en casa me espera otra peluquera a la que he citado pero de la que no me acordaba. Al llegar a casa oigo mi nombre desde la ventana. Es la peluquera que me está esperando. Mientras subo en el ascensor pienso que le voy a pagar de todas formas, aunque ya no me tenga que cortar el pelo pero me da mucha vergüenza que me haya pillado yendo a otra peluquera y haberle mentido cuando la cité en mi casa.
Sueño 2:
Bajo en bici a toda velocidad por una carretera de un monte. Somos un grupo de gente y yo voy la última y delante de mí A. Se parece mucho al camino que bajaba en bici con mis amigos cuando era adolescente. La bajada comienza con una pista de montaña, luego se convierte en un camino de gravilla y acaba en una autopista asfaltada. Voy a mucha velocidad y me gusta. Siento que controlo la bici en todo momento. Al final, entramos en un bar donde están retransmitiendo nuestra bajada por la televisión. El ambiente es aparentemente muy alegre pero me resulta extraño y ajeno a mí. No entiendo la alegría porque el bar está en penumbra y algo no muy bueno va a pasar.
Sueño 3:
Estoy dentro de una cueva con otras dos personas. La cueva está iluminada y podemos ver que las rocas que la forman son extrañas. No entendemos que las paredes y el techo de la cueva estén recubiertos de esquistos. Una cueva natural nunca los tendría. Avanzamos un poco y pienso que la forma en la que brilla el esquisto y cómo está colocado en estratos, es preciosa. Me gusta estar ahí dentro. Es difícil describir lo que veo pero sobre todo la sensación de brillo y de luz entre las piedras oscuras.
Sueño 4:
Una compañera de inglés me invita a su casa perfecta, en un bosque con unas vistas estupendas, con sus hijos perfectos (un chico y una chica muy guapos y de unos veintitantos años) y su marido perfecto. Me trata como si yo le diera pena y luego me explica que van a comprar el terreno de al lado para hacer una casa para su hija que se casa pronto. Todo es maravilloso, y así me lo había contado ella en la vida real, pero cuando miro el terreno que van a comprar me doy cuenta de que da a una carretera y que no va a ser tan bonita como ellos pretenden. Me aburro y tengo ganas de irme pero ellos siguen contándome sus planes y pienso que me gustaría estar en mi casa. No tengo nada que ver con ellos.
Sueño 5:
Estoy en el salón de mi casa de Bilbao. Veo que tengo un arbolito pegado a la pared y plantado en el suelo del salón. Se parece a un drago de Canarias con un tronco muy grueso y pequeñas hojas en la punta. Tiene a su alrededor un círculo de tierra. La madera del salón se ha eliminado para dejar ese círculo de tierra.
Comienzo a regarlo pero como no quiero que el agua se salga del círculo de tierra y manche la madera del salón, echo el agua para que escurra por el tronco, pero de esta manera, el agua no llega hasta el suelo. Riego sobre la tierra que tiene aspecto de arena muy gruesa con bolitas como las que dejan los cangrejos en la playa. Al regar sobre el suelo, el agua no se absorbe y arrastra las bolitas al suelo de madera del salón. Pienso que es extraño tener plantado un arbolito en el suelo en lugar de en una maceta pero ahí está, así que tengo que seguir regando tratando de evitar que las bolitas de arena se salgan lo menos posible del círculo de tierra para no estropear la madera del salón.
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